EL AGENTE ENCUBIERTO
El agente encubierto o secreto, también conocido coloquialmente como “topo”, es el infiltrado en una organización que sirve a otra. Los topos pueden dedicarse, bien a actividades ilegales, como el espionaje o la provocación, o bien a actividades legales, caso de los miembros de los servicios secretos que investigan organizaciones sociales, políticas, sindicales u organizaciones ilegales, criminales o amenaza para un estado.
MADRID, A 23 DE NOVIEMBRE 2022 SERGIO FARRAS, ADMINISTRADOR PRINCIPAL
En la actualidad, cuando los servicios de inteligencia y las operaciones encubiertas, entre otras fuentes, son medios de obtención de información sobre las actividades delictivas de un grupo o de una persona, las nuevas tecnologías y métodos para la vigilancia de las personas, especialmente los mecanismos informales, se tienen como instrumentos estratégicos de control social.

Los servicios de inteligencia a través de espías son el antecedente histórico más importante del desarrollo de las operaciones encubiertas, por eso se hará una breve referencia a los mismos, antes de desarrollar el tema del agente encubierto. Así, aunque el espionaje se tiene como la segunda profesión más antigua del mundo, en el siglo XX se caracterizó por «la adquisición intencional y sistemática de información, así como su clasificación, recuperación, análisis, integración y protección» y se organizó en una burocracia con un sistema de tecnologías y conocimientos científicos, logrando cierto protagonismo en la política nacional e internacional. Así, por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial los servicios de inteligencia jugaron un gran papel al descifrar los códigos de los mensajes secretos del otro bando para conocer sus planes y anticiparse a los ataques.
Pero los Estados no se contentaron con esto, sino que para asegurarse un control más efectivo de la actividad de quien consideraban su enemigo, tanto interno como externo, empezaron a utilizar los servicios de inteligencia y contrainteligencia para tratar de engañar a su adversario, haciéndole creer que iban a actuar de determinada forma para sorprenderlo y hacerlo caer en la trampa, utilizando agentes dobles que permanecían en el otro bando realizando estragos desde adentro. No obstante, el servicio de un traidor muchas veces despertaba ciertas dudas por su ambivalencia, su capacidad para usar la mentira y sus motivos oscuros oscilantes entre la ideología y el dinero.

Perfil óptimo del agente encubierto
- Autonomía personal para la toma de decisiones, adelantándose a las situaciones; habilidad para enfrentarse a problemas y resolverlos.
- Eficiente, eficaz y competente.
- Capacidad para adaptarse al medio; para mimetizarse con él.
- –Alta inteligencia, incluida la emocional.
- Templanza y equilibrio, calmado, que guarde el control.
- Capacidad de comunicación a todos los niveles: oral, gestual, lenguaje verbal y no verbal.
- Perfil de vendedor comercial.
- Empatía, es decir, que tenga la capacidad de ponerse en el lugar del otro e interpretar las situaciones desde su punto de vista.
- Confianza en sí mismo con un alto grado de control interno.
- Dureza, como equivalente a poco sentimental; no tiene que ser necesariamente alguien “frío”, pero sí que no se deje llevar por sus sentimientos.
- Flexibilidad, en el sentido de ser tolerante con los valores culturales y morales de otros.
- Tolerancia a la crítica y a la frustración; debe ser independiente, que no necesite la aprobación del medio.
- Confidencialidad y discreción.
- Capaz de asumir riesgos sin llegar a ser temerario.
- Preferentemente soltero y sin hijos.
- Resistente al dolor y con aguante físico considerable.
- Debe ser una persona vulgar y corriente. Sin manías.
- Edad: el rango ideal es entre 25 y 45 años, puesto que si es demasiado joven se corre el riesgo de que cometa errores por la necesidad de reafirmarse y demostrar su valía; por el contrario, si es demasiado mayor se temen en exceso las pérdidas y el cambio es mucho más difícil de asumir, así como el adaptarte a él.
- Aspecto físico corriente.
- Culto. Se necesita un nivel cultural medio–alto.

¿Es posible que haya agentes secretos por todas partes?

Claro que es posible que haya agentes secretos por todas partes, trabajando para agencias del gobierno y corporaciones y organizaciones privadas para recolectar información y reportarla. Si quieres comerciar con secretos y crees tener lo necesario para ser un buen agente de campo, puedes aprender a desarrollar las verdaderas habilidades necesarias para hacer el trabajo, así como a unirte a una agencia de inteligencia y comenzar a hacer trabajo de campo de inmediato.
Concepto doctrinal del espía encubierto
El agente encubierto ha sido definido, de modo general, como un funcionario de los servicios de inteligencia que se infiltra en una organización criminal, cambiando de identidad, llevando a cabo tareas principalmente de represión y de prevención del delito, con el fin de ganarse la confianza del grupo, identificar a sus integrantes, obtener información en cuanto a su funcionamiento, financiación, etc., recaudar pruebas y, excepcionalmente, presentar testimonio de cargo ante la justicia.

Por lo general la doctrina sostiene que este tipo de figuras son técnicas de investigaciones extraordinarias para la persecución penal de delitos de especial peligrosidad o de difícil esclarecimiento, como los perpetrados por grupos del crimen organizado, utilizadas cuando los métodos tradicionales de investigación han fracasado o no aseguran el éxito para llevar a cabo el juzgamiento de dichas conductas. Por lo tanto, son actuaciones que deben estar sometidas a un especial sigilo y cuidado, procurando la mayor reserva de la información que se recoja, para evitar tanto el peligro para la investigación como para el agente.
Normalmente el agente encubierto es un funcionario, y por excepción un particular, que de manera voluntaria, y por decisión de una autoridad encargada de la persecución o el juzgamiento penal, se introduce por largo plazo en un grupo perteneciente al crimen organizado, utilizando el engaño para ganarse su confianza y luego el develamiento para lograr desvertebrar toda la organización delictiva y terrorismo.
Así, se podría considerar a esta técnica de investigación como un método secreto de averiguación de la vida privada de las personas, mediante el cual el Estado introduce a uno de sus agentes dentro de un grupo de presuntos delincuentes, puesto que todavía no hay sentencia condenatoria, por medio de la elaboración de una identidad falsa y una historia ficticia, buscando que la verdadera identidad y relación del agente con la su servicio de inteligencia sean imperceptibles para cualquier tercero, y de esa manera se pueda lograr la confianza necesaria para que las personas investigadas revelen sus planes al agente.

Ahora, se ha entendido que el empleo del agente encubierto no debe limitarse a únicamente averiguar un delito concreto y determinado, sino que debe extenderse a investigar el modus operandi y todo lo relacionado con las actividades delictivas del grupo en el que se infiltra, intentando así dar con la cúpula de la organización delincuencial para justificar el costo y los riesgos que se corren con la adopción de dicho medio investigativo.
Además, aunque se ha tratado de diferenciar esta figura de otras como el agente infiltrado y el agente provocador, se podría decir que no se trata más que de roles que puede asumir el agente encubierto en el desarrollo de su operación. En cuanto al agente infiltrado, se confunde muchas veces con el agente encubierto, pero algunos lo diferencian diciendo que aquél es un miembro de la policía o un particular que colabora habitualmente con los servicios de inteligencia, que se infiltra en un grupo delictivo sólo como producto de la ocasión, sin una identidad alterada, o como «un sujeto perteneciente o por lo común controlado por la policía que se inserta en una organización criminal y permanece un tiempo en la misma a fin de estudiar sus movimientos».
Y respecto al agente provocador, se dice que es el funcionario de inteligencia que incita a otro a cometer un delito o crea una situación con actos de recabar información.
El agente encubierto
El agente encubierto frente a los derechos fundamentales a la intimidad autoría o auxilio que determinan al otro a delinquir, lo cual realiza sin intención de lesionar un bien jurídico sino tan sólo para lograr que el provocado sea sancionado.

Graves cuestionamientos se han hecho a la figura del agente encubierto, por cuanto en un Estado de Derecho, deben imperar tanto las reglas mínimas que conforman una sociedad como la ética, y esto hace que el Estado no pueda ser partícipe en delitos bajo ningún concepto.
Además, debido al riesgo de impunidad en caso de que el agente encubierto participe en la comisión de delitos para el triunfo de su labor, los derechos y bienes jurídicos de cualquier habitante se subordinarían al éxito de la investigación.
Así, varios reconocidos doctrinantes se han expresado en contra del agente encubierto; por ejemplo, Julio Maier señaló que por primera vez en la legislación «se daba la posibilidad de que el juez mandara a una persona autorizándola a cometer delitos y con una amplitud que prácticamente no era conocida en el derecho comparado, lo que transformaba al magistrado en autor mediato de los delitos que se cometían»
En el nombre de una eficacia pagada con la ilegitimidad de los procedimientos, el propio Estado se vestía de delincuente y se lanzaba a participar en el delito […] A través del agente encubierto el Estado se asociaba con el delito, perdonándose a sí mismo, pero penando a sus socios. Al referirse al aspecto ético se preguntó cómo podía reconocerse a sí misma la sociedad como ente moral, si al decir que combatía el delito, se transformaba en delincuente.
Técnicas de encubrimiento
Aprende sobre la cultura y el clima político de los lugares a donde te designen. Cuando descubras la ubicación y lo que debes buscar, obtener o intentar entregar, es crítico y muy importante que aprendas todo lo que puedas sobre el clima político al que entrarás a actuar. Si por ejemplo, vas a los Emiratos Árabes para espiar a un magnate petrolero, deberás actuar muy diferente a como si fueras a Florida del sur para infiltrarte en un grupo militante anti sistema. Caracterízate para cada ocasión. Estudia el panorama contemporáneo y la historia antigua. Su idiosincrasia y sus conocimientos. Aprende sobre la gente y la cultura e intenta empaparte de la ideología de los habitantes ¿Qué los altera? ¿Qué los hace distintos a ti? Estudia la geografía también. Si estás en Irak y debes saber cuánto demora ir de Bagdad a Kuwait antes de que caiga la noche, no es recomendable que te valgas de un iPhone para saberlo.

Crea una buena historia y haz contactos locales. Es probable que te asignen al lugar con una identidad falsa nueva. Quizás seas un ejecutivo de la fruta que trabaja para una fábrica de Zaragoza en Asia del sureste, revisando nuevas ubicaciones para un proyecto. Se te dará la idea general, pero los detalles específicos de tu vida tendrás que tendrás que inventarlos tú mismo.
Procede como un actor o actriz lo haría. Quizás tu vida dependa de ello. Cualquier detalle sobre ti que tomes prestado de tu vida real podría hacer que los enemigos investiguen un poco más y descubran la verdad.
Conoce a tu objetivo. Mantén cerca a tus enemigos. La mayor parte del tiempo no espiarás a tus objetivos a la distancia, ni observarás cómo se cierran tratos sombríos con tus prismáticos. Te encontrarás cara a cara con ellos y revisarás sus discos duros informáticos para luego hacer una retirada invisible. Por esta razón, es absolutamente importante que congenies y compenetrarte con tu objetivo.
¿ QUÉ ES UN AGENTE INFILTRADO?
(ENTREVISTA COMPLETA)
(Cortesía de Cyber Day – Selec Radio)

Un comentario en «El agente infiltrado o encubierto. (Contiene texto y vídeo)»
En mi opinión, el espía infiltrado tiene siempre y necesariamente una psicologia especial, con un notabke instinto de supervivenvia y sangre fría, con capacidad para jugar a varias bandas. Gran capacidad para gestionar el estrés durante largos períodos de tiempo…
Evidentemente, su actividad le supone a la larga un grave coste para su salud, tanto mental, emocional, como en términos generales.