SERVICIOS SECRETOS DE LA DICTADURA ESPAÑOLA

MADRID, A 20 DE JUNIO DE 2023
SERGIO FARRAS, ADMIISTRADOR PRINCIPAL
INFORMACIÓN BASADA EN TÉCNICAS "OSINT" (INVESTIGACIÓN DE FUENTES ABIERTAS)

Los servicios secretos españoles De la Dictadura.

Sobre ellos caen muchos sambenitos, infinidad de sospechas por lo general ajenas al devenir diario de alrededor de 4.000 efectivos en calidad de funcionarios públicos o personal contratado que dedican sus vidas a la defensa del Estado. Hagamos un repaso actual y pormenorizado a esa realidad.

El Servicio de Información e Investigación fue un servicio de inteligencia perteneciente al partido Falange Española Tradicionalista y de las JONS que operó durante la Guerra Civil Española y la Dictadura franquista.

Los servicios secretos de Franco barajaron crear un grupo secreto militar similar a la Gestapo

Un informe que hasta ahora había permanecido en secreto recoge cómo con el respaldo nazi se ideó un grupo policial que combatiera a los “elementos enemigos” hasta “llegar a su total exterminio”.

El Servicio de Información de la Policía Militar (SIPM) contempló la formación de un Grupo Especial Secreto, GES inspirado en el funcionamiento de la Gestapo alemana, cuya misión estaría encaminada a propiciar el triunfo del general Franco durante la Guerra Civil.

El GES, a la sombra de la Gestapo

Así lo refieren los periodistas y profesores de la Universidad de Burgos, José María Chomón y Miguel Ángel Moreno, y de la Universidad de Extremadura, Clara Sanz, en su nueva obra ‘El GES, a la sombra de la Gestapo. La creación en Burgos de los servicios secretos de Franco‘.

Respaldo de Alemania e Italia

José María Chomón ha explicado que en Burgos, como capital de la España sublevada durante la Guerra Civil, se crearon y diseñaron, con la ayuda de expertos nazis y de la Italia de Mussolini, las redes de espionaje que actuaron en zonas conquistadas, en territorios por conquistar y en el extranjero, especialmente en Francia y Reino Unido.

Los autores destacan como la aportación más destacada el informe conocido como Grupo Especial Secreto (GES), hasta ahora inédito y que se custodia en el Archivo Militar de Ávila.

En este documento, según Chomón, Moreno y Sanz, se recoge una pormenorizada propuesta para establecer en la España franquista un grupo policial a imagen y semejanza de la Gestapo, que combatiera a los “elementos enemigos” y “desafectos” a la causa “hasta llegar a su total exterminio”.

Contra el “triunvirato Komintern-Masonería-Judaísmo”

En el informe, fechado en abril de 1938 y cuya confección los autores atribuyen a altos cargos del SIPM, se especifica que los enemigos eran “el triunvirato Komintern-Masonería-Judaísmo”, y se califica de “imprescindible” montar este servicio secreto cuya misión sería conseguir el triunfo del “glorioso Alzamiento Nacional” para frenar la invasión masónica y comunista que habría desvirtuado las esencias nacionales.

Otro de los aspectos que se aborda en esta obra es el uso que los servicios secretos hicieron de la residencia Villa Delicias, ubicada en Burgos y utilizada para interrogar y torturar a sospechosos.

Se reproducen los interrogatorios practicados a Charles Joseph Duret Rot, conocido como ‘Pepe’, reclutado como agente secreto franquista en Montpellier (Francia) donde operaba el Servicio de Información de la Frontera Noroeste de España (SIFNE).

El trabajo de los espías

El trabajo de este agente doble permitió la captura de importantes espías franquistas, pero, tras ser descubierto, Duret permaneció preso en Villa Delicias, donde tuvo que vérselas con Herbert Heide, el policía austriaco del SIPM que dirigió también las investigaciones sobre un supuesto complot para asesinar a Franco en Burgos en el otoño de 1938 y que, según todos los indicios, encabezó una célula de espionaje muy parecida a la propuesta del informe GES.

Claves usadas para calificar a los sospechosos

Los autores aportan también las claves utilizadas por los servicios secretos de Franco para calificar a los sospechosos: Una A para los antiguos izquierdistas; una B para antiguos izquierdistas que después del Movimiento Nacional se afiliaron a la Milicia Nacional; una C para individuos de moralidad dudosa, susceptibles de venderse por dinero; una D para quienes tenían familiares al servicio activo de los rojos; y así hasta llegar a la Z, que correspondía simplemente a individuos peligrosos.

Este libro detalla también cómo se instauraron los servicios secretos; se adentra en su organización y estructura, y desvela las estrategias que llevaron a cabo para controlar y clasificar a la población en función de su adhesión al nuevo régimen, así como para obtener informaciones vitales para el desarrollo de la guerra.

Los archivos secretos militares sacan a la luz décadas de espionaje

Los documentos del archivo de Ávila ilustran cómo el franquismo vigilaba desde el correo de los reclutas hasta al papa Juan XXIII

Era octubre de 1968. Han pasado cinco meses del mayo francés y la universidad española está en ebullición. El Servicio de Inteligencia Militar de la Marina informa de que “se ha comenzado a montar el Servicio de Escucha en la Universidad, el cual consta de aproximadamente seis ternas [sic] repartidas entre las distintas facultades. Gracias a este servicio empieza a pulsarse bastante más de cerca la realidad universitaria de Barcelona”. La comunicación de los espías militares augura inminentes “algaradas de carácter revolucionario”.

Esta nota está incluida en una de las 1.022 cajas con documentos de la Sección Segunda (Inteligencia) del Estado Mayor Central del Ejército que se guardan en el Archivo General Militar de Ávila. El pasado 20 de septiembre, la ministra de Defensa, Margarita Robles, dictó una resolución que permite el acceso, aún con muchas limitaciones, a los informes secretos anteriores a 1968, cuando entró en vigor la actual Ley de Secretos Oficiales. Durante casi tres semanas, EL PAÍS ha buceado en una documentación que aún no ha sido informatizada, catalogada ni descrita y cuya consulta está restringida para los investigadores.

La nota que informa de la instalación de sistemas de escucha en la Universidad de Barcelona no es un caso aislado. Otro informe, de diciembre de 1961, da cuenta de las quejas por el alza de precios en el comedor de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. Los cabecillas de la protesta son tres estudiantes: Fernando Sánchez Dragó, Luis Gómez Llorente y Alberto Míguez, “todos procomunistas y socialistas”. Recuperada la democracia, uno sería Premio Nacional de Ensayo; otro, vicepresidente primero del Congreso de los Diputados por el PSOE; y el tercero, periodista de La Vanguardia.

¿Qué hacía el ejército franquista husmeando en la universidad? El capitán general de Burgos escribe en agosto de 1959 a su amigo, el jefe del Estado Mayor Central, quejándose de que su personal debe ocuparse de la “vigilancia de elementos civiles sospechosos, asentamiento de extranjeros en poblaciones costeras, entrada y salida de barcos” y otras tareas que “les distraen de su misión principal, que yo estimo es la información interior de los cuerpos”.

Gobierno de España. Ministerio de Defensa. Archivo General Militar de Ávila. Carta de la CTNE a la Secretaría General del Gobierno de Burgos. Signatura C2326_50_67 (año 1937)

El jefe del servicio de información se ve obligado a justificar su tarea. “Este servicio pulsa todas o casi todas las actividades de la Nación. Conflictos sociales, huelgas, paro obrero, actividades extremistas están unidos al vital interés nacional tanto o más que lo puramente militar”, escribe.

También son relevantes documentos sobre instrucciones de uso de las redes telefónicas, sanciones por posibles negligencias en la facilitación del servicio telefónico, servicios de telecomunicaciones en aeródromos, contraseñas para el uso de estaciones telegráficas, instrucciones de equipos telefónicos de campaña, instrucciones técnicas para los Jefes de Transmisiones, peticiones de material de transmisiones a Italia.

Hay información sobre las plantillas de las unidades militares, con la relación de oficiales y material técnico, propuesta de organización de batallones de transmisiones, así como memorias por meses y diarios de operaciones de batallones de transmisiones (con relación de bajas)

Historia

Antes del estallido de la guerra civil, Falange Española y de las JONS disponía de un pequeño servicio de información que redactaba informes personales sobre «enemigos» del partido. Tras el comienzo de la guerra, sus actividades y su campo de actuación aumentaron vertiginosamente. Sin embargo, tras el Decreto de Unificación y la creación de FET y de las JONS, a comienzos de mayo de 1937 el servicio de información de Falange quedó bajo control directo del Servicio de Información y Policía Militar.

Tras la contienda, este servicio continuó con sus actividades. Por ejemplo, en 1940, tenía desplegados por toda España a unos 3.804 falangistas y colaboradores, y en sus archivos disponía de 5.092.748 fichas y de 2.962.853 expedientes. Según sus propias memorias, solo en ese año el servicio de información habría confeccionado 803.480 informes, lo que da una idea de su volumen de trabajo. En muchas ocasiones su labor llegó a superponerse con la de los Cuerpos de seguridad del Estado. Dado que FET y de las JONS era el partido único, disponía de muchos militantes repartidos en todas las capas de la sociedad, lo que le permitía acceder a mucha información.​ El servicio de información de Falange disponía de delegaciones provinciales y también delegaciones en todos los municipios. Durante la Segunda Guerra Mundial los servicios secretos de Falange también se hicieron cargo del espionaje dirigido a los diplomáticos aliados en la España franquista, colaborando con los servicios secretos nazis.

Al frente del organismo estuvieron, entre otros, Santiago Tena FerrerJosé Finat y Escrivá de Romaní (1939-1941), José Aybar Pérez (1941-1942), David Jato Miranda (1942-1944), Luis González Vicén (1944-1948), Carlos Ruiz García (1948) o Gumersindo García Fernández (1948-1956).9​ El mandato de José Finat —a la postre, director general de Seguridad— fue significativo, dado que constituyó el periodo de mayor cooperación del organismo con las fuerzas policiales.

Hasta 1945 se mantuvo muy activo, aunque posteriormente su actividad descendió. El Servicio de información de Falange también estaba encargado de investigar el pasado de los candidatos a las elecciones del Sindicato Vertical y de supervisar el proceso electoral mismo.​ Desapareció tras la muerte de Franco.

Descripción de La Transición Oculta: El SECED

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