MADRID, A 27 DE SEPTIEMBRE 2023 SERGIO FARRAS, ADMINISTRADOR PRINCIPAL
¿Qué es la Yihad y en qué consiste?

Según la doctrina clásica general, el Yihad consiste en la acción armada con vistas a la expansión del islam, o bien la lucha defensiva del domino islámico (en este último caso el Yihad puede convertirse en un deber fundamental o individual.
Comúnmente se asevera que la Yihad es la guerra santa musulmana. Lo anterior ha cargado con una impronta negativa su verdadero sentido, dado que su significado es más amplio y complejo. De hecho, es una de las obligaciones fundamentales que debe llevar a cabo la comunidad islámica, ya que es entendido como un deber colectivo.
Pero, sin duda, las implicancias teológicas y religiosas del concepto van más allá. Tras este no sólo trasunta la idea de guerra sino la de esfuerzo y expansión. Lo anterior ha contribuido al desarrollo de una percepción negativa en Occidente, la cual se ha incrementado por medio de un proceso de encuentro y desencuentro entre éste y el Oriente musulmán. Ahora, si bien durante momentos importantes de la Edad Media existió una relación más o menos estable, fue con el advenimiento de los turcos, el término de las peregrinaciones a Tierra Santa, el desarrollo de las cruzadas y los enfrentamientos acaecidos a partir de fines del siglo XVIII, que ambos mundos se distanciaron definitivamente. Presentamos la definición del concepto, propuesta durante el período del islam clásico ―ss. VIII-XIII― la cual difiere, en gran medida, de la interpretación que hoy hacen los grupos fundamentalistas.
Como entender la Yihad
Antes de ahondar y definir cabalmente lo que establece el concepto, es necesario entender cómo llegamos hasta él y cómo se desarrolló hasta su aplicación durante el período de las cruzadas. Claro está que no es Mahoma quien se encargará de desarrollar la doctrina del Yihad como tal; si bien encontramos en su mensaje las bases, o una suerte de “magisterio”, plasmado en el Corán y en los hadices, no será hasta luego de un tiempo que se empleará el concepto con toda su carga. De hecho, el episodio más claro donde el profeta hace mención a aquél es una vez terminada la Batalla de Badr (624) en la cual los musulmanes resultan victoriosos.
En ese momento, la tradición establece que habría pronunciado el hadiz: “hemos terminado con el pequeño Yihad. Ahora comienza el gran Yihad”, siempre haciendo hincapié en la concepción de esfuerzo, antes que en la guerra. Por otra parte, es innegable que las concepciones de lucha y combate que emanan del Corán provienen del período mediní (esto es, desde el 622). Debido a que, en ese momento, es cuando la comunidad de creyentes se transforma también en una comunidad política. Por lo tanto, la religión del Islam asumirá su destino universal, buscando la conversión de todo el mundo. Se establecen, entonces, las bases de la Umma, o comunidad de creyentes unidos por un vínculo no sólo religioso sino también político. Surge aquí el germen de la unidad entre poder temporal y espiritual en el Islam, elemento central en la formulación del derecho posterior.

La ley islámica se funda a partir del derecho consuetudinario de Medina y La Meca. De acuerdo a lo anterior, las disposiciones que regulan la teoría y práctica del Yihad se deben buscar en los tratados de Derecho Islámico. Pero uno de los problemas que se presenta al principio es que la unidad político-religiosa que simbolizaba el califato no tenía correspondencia con la unificación del corpus legislativo islámico de la Umma sino que, de forma aparentemente contradictoria, ésta terminó siendo regida por cuatro códigos diferentes, como ya lo hemos visto.
De la definición y los tipos de Yihad
La palabra Yihad etimológicamente significa “esfuerzo”; esta noción aparece en otros conceptos que surgen a partir de la raíz triconsonántica J.H.D, como por ejemplo: Mujtahid, que es aquél que se esfuerza en el estudio de la ciencia jurídica e Ijtihad, que es el esfuerzo personal en el estudio de la Ley. En cambio, para referirse a la guerra existe la palabra Harb; por tanto, el concepto correcto para hacer mención a la guerra santa en árabe es Harbun Muqqadasatu. Estas primeras precisiones conceptuales son fundamentales para comprender que el Yihad involucra una conceptualización más amplia, en donde la noción de guerra santa conforma sólo uno de sus elementos, claro está, bajo la óptica de un contexto puramente político y no espiritual.

El primer jurista a quien se le atribuye la elaboración de una doctrina del Yihad fue Sufyan al-Thawri quien lo definió, en 715, como el “esfuerzo en el camino de Dios”. En este período se compusieron dos tipos de escritos acerca del Yihad. Los primeros tenían relación con las campañas llevadas a cabo por el profeta durante el período medinés, incorporando ―a veces― las expediciones llevadas a cabo por los primeros califas y los segundos se referían, más bien, a la conducción del Estado. En opinión de algunos, esta conducción tenía relación con la expansión misma del islam. En ello fue fundamental el trabajo de los ulemas.
Sea como fuere, el concepto presenta una dimensión espiritual y otra política. En estos dos polos se mueve todo el ámbito de desarrollo de la doctrina. En términos generales se presentan los siguientes tipos de Yihad:
- El Yihad de corazón: Combate espiritual CON EL REZO.
- El Yihad de la lengua: Consiste en opinar o legislar justamente.
- 3. El Yihad de la mano: Consiste en poner en práctica medidas correctivas o punitivas para evitar que los creyentes cometan actos sancionables.
- El Yihad del dinero: Así se denomina el hecho de contribuir económicamente a las necesidades de la Umma.
- El Yihad de la predicación: Implica toda acción pacífica destinada a extender el Islam fuera de sus fronteras o a su fortalecimiento interior.
- El Yihad de la espada: significa llevar a cabo una acción armada destinada a proteger las tierras del Islam y la propia supervivencia del Islam
El Yihad contempla la guerra, siempre y cuando éste se encuentre amenazado o transgredido. Esto último tiene su fundamento en lo que expresa la Sura II, aleya 190: “Combatid por Dios contra quienes combaten contra vosotros, pero no os excedáis, Dios no ama a los que se exceden”. Esto último indica que la guerra en el Islam tiene un carácter eminentemente defensivo, no obstante, al tener una vocación universal se debe luchar por conquistar aquellos territorios donde habitan los infieles. Lo anterior obliga a los musulmanes no sólo a defender su actual campo de influencia religiosa sino también intentar expandirlo. Ante estos infieles se vive constantemente en un estado de guerra hasta que formen parte del dominio islámico.
La HISTORIA del ISLAM y sus RAMAS en 13 minutos | Resumen fácil y rápido de la religión musulmana (VÍDEO)
Combatir a los yihadistas o prepararse para la guerra total: la gran división

Durante dos décadas, todo giró en torno a la lucha contra los grupos yihadistas. Después, las tensiones internacionales y la guerra en Ucrania ocuparon el primer plano. Entre esos dos males, las grandes potencias intentan encontrar un equilibrio.
La ONU pasó una semana debatiendo su estrategia antiterrorista antes de que su Asamblea General adoptara un documento en el que se establecen sus prioridades para los próximos años. Pero detrás del consenso por luchar contra los avatares del grupo Estado Islámico (EI) y Al Qaida, las luchas geopolíticas movilizan las atenciones.
La guerra en Ucrania “obligó a las potencias a constatar que los estados no estaban listos para grandes confrontaciones, en términos de logística y de producción militar”, apuntó Jerome Drevon, analista de yihad y conflictos del Crisis Group. “Había que recalibrar. El foco en el terrorismo había ido demasiado lejos (…) La pregunta hoy día es: ¿ha ido demasiado lejos esta recalibración?”, agregó Drevon a AFP. Señaló que los estadounidense “ya no se interesan en absoluto por la cuestión”, mientras en el Sahel “la retirada francesa no ha sido sustituida por otros medios”.

Durante mucho tiempo, los mejores espías fueron absorbidos por la lucha antiterrorista. Sin embargo, ahora “todo el mundo quiere trabajar sobre Rusia”, observa un miembro de la comunidad francesa de inteligencia.
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, los países occidentales invirtieron masivamente en la lucha antiterrorista sin frenar la proliferación mundial de yihadistas.
“Ahora Estados Unidos y sus aliados construyen su política exterior alrededor del concepto de la competencia entre potencias”, lamenta Colin Clarke, director de investigación del Soufan Group, un instituto privado de inteligencia y seguridad estadounidense.
“De un extremo al otro”
Sitúa el cambio en el vigésimo aniversario del 11 de septiembre, cuando “realmente sentimos que la lucha antiterrorista estaba perdiendo fuelle. Ucrania no inició la tendencia, pero la aceleró”, afirmó. “Hemos pasado de un extremo al otro”. En Levante, en Yemen, en Afganistán y Pakistán, y sobre todo en África, los grupos que juran lealtad a EI o Al Qaida se consolidan y estructuran sus capacidades.

Según un reciente informe de expertos de la ONU, los grupos terroristas “gozan de una mayor libertad de maniobra bajo los talibanes”, que están en el poder en Kabul. “Están haciendo buen uso de ella”, con una amenaza creciente “tanto en Afganistán como en la región”. África se ha convertido en tierra de conquista de grupos yihadistas. Se les encuentra en Somalia y Libia, en Egipto y la República Democrática del Congo, en Mozambique y el Sahel, desde donde tienen la mira en el Golfo de Guinea.

Su red se extiende ante una comunidad internacional sin respuesta. “La amenaza en África está totalmente subestimada”, afirma Hans-Jakob Schindler, director del centro de estudios Counter-Extremism Project y exanalista de la ONU.
En el Sahel, “estamos hablando de un número de ataques terroristas superior al de cualquier otra parte del mundo, lo cual recuerda a lo que hemos tenido en el apogeo de las operaciones en Afganistán durante los últimos 20 años”, opinó. “Pero esto es África Occidental y no creo que haya visibilidad o quizás interés”.
“Soluciones alternativas”
Desde la salida de la fuerza antiyhihadista francesa Barkhane, la empresa rusa de paramilitares Wagner se instaló en Malí, aunque Bamako lo niegue. Una solo es un ejemplo de cómo la lucha contra el terrorismo está al servicio de las luchas por el poder.
“La guinda del pastel es que Wagner está extendiendo sus alas en la región, lo que obviamente empeorará las cosas”, afirma indignado Schindler.
Veinte años después del 11 de septiembre, la lucha contra el terrorismo parece haber llegado a un callejón sin salida.
Las fuerzas de seguridad kurdas Asayish llevan a cabo una redada en busca de presuntos yihadistas del grupo Estado Islámico, el 28 de enero de 2023 en Raqa, Siria

¿Qué se puede hacer después de invertir miles de millones y matar a numerosos líderes yihadistas que fueron rápidamente sustituidos? Crisis Group, que trabaja para resolver conflictos, se plantea otro enfoque. “Si no hemos podido destruirlos en 20 años, tendríamos que encontrar soluciones alternativas. No resolveremos todos los conflictos con drones”, según Jerome Drevon. “Los grupos yihadistas “tienen objetivos maximalistas, pero tal vez se les pueda hacer volver a la negociación sobre ciertas cuestiones limitadas de reparto de poder”.

Mientras tanto, extienden sus actividades. De Levante a Afganistán, “Las grietas en el orden mundial brindan a los grupos terroristas un amplio espacio para reagruparse y reorganizarse”, escribió Kabir Taneja, investigador del Observer Research Foundation, en Nueva Delhi.
Cada crisis, cada disputa, juega en su favor. “Los grupos terroristas y extremistas, que saben aprovechar el caos político, podrían terminar beneficiándose de ello en los próximos años”, señaló.
Observatorio de atentados yihadistas de mayo de 2023

1.Análisis
El balance de la actividad yihadista en términos globales continúa siendo similar al desarrollado en los últimos meses. Más allá de la excepcionalidad de la región de África Occidental, en la que los niveles de terrorismo siguen incrementándose con el paso de los meses, se está acentuando la tendencia que apunta hacia una reducción de la actividad en varios grandes focos de presencia yihadista, como es el caso de Somalia, Afganistán e Irak.
En el caso del país del Cuerno de África, esta mejoría es especialmente importante dado que desde el mes de agosto el nuevo gobierno somalí declaró abiertamente hacer frente por todos los medios a la organización terrorista Al Shabaab y desde entonces se había dado una escalada de violencia casi sin precedentes. A raíz del empuje de las autoridades gubernamentales, Al Shabaab ha tenido que retrocede, perdiendo así parte del territorio que había estado bajo su dominio en los últimos meses, especialmente en áreas más alejadas de los centros urbanos.

Aun así, el grupo terrorista sigue tratando de responder todavía con más dureza a la ofensiva institucional que está siendo apoyada por numerosas milicias y tribus locales que se han sumado a la lucha contraterrorista. Pese a los avances logrados, y al descenso de la actividad terrorista que comienza a atisbarse en Al Shabaab, ataques como el ocurrido el día 26 sobre la base militar de la Unión Africana en Bulo Marer, cerca de Mogadiscio, suponen un nuevo aviso de la elevada capacidad que ostenta el grupo para cometer acciones terroristas de gran calado. Así queda de manifiesto con este ataque llevado a cabo por decenas de terroristas que trataron de tomar la base militar, produciéndose un enfrentamiento con las fuerzas militares que se prolongó durante varias horas. No obstante, y pese a que finalmente los terroristas de Al Shabaab no lograron su objetivo, dejaron tras de sí la muerte de 54 soldados ugandeses pertenecientes a la Unión Africana (caso de estudio #71) aunque según un comunicado del propio grupo, que suele inflar las cifras de víctimas de sus ataques, el número de enemigos muertos habría sido de 137. En cualquier caso, el asalto a la base de Bulo Marer supone uno de los ataques terroristas más letales de los últimos años cometido por Al Shabaab sobre fuerzas y personal militar.

Asimismo, y lejos de transmitir a sus seguidores el momento de dificultad que atraviesa, Al Shabaab continua con su campaña propagandística para transmitir a sus seguidores los esfuerzos depositados de cara a mejorar la calidad de vida de las personas que se encuentran bajo los territorios ocupados por los terroristas. Así queda de manifiesto con una de sus últimas publicaciones realizadas a través de su agencia de noticias Shahada Al Shabaab desde la que se informó a través de la difusión de varias imágenes de la construcción de una presa en la provincia de Bay, al sur del país. En este sentido, la organización terrorista es consciente de la necesidad de ganarse el apoyo de la población local para obtener así su apoyo frente a un gobierno que no es capaz de llegar a cubrir las necesidades básicas de toda la población.
Trasladando el foco de interés hacia Irak, la intensa lucha antiterrorista que se está desarrollando en el país está permitiendo que la estructura de Daesh Central no consiga su tan deseada reorganización. En los últimos meses han sido continuos los golpes dados al grupo terrorista en operaciones que cuentan con la participación tanto de diferentes actores iraquíes como de Estados Unidos, especialmente. A través de estas se ha conseguido detener o abatir a numerosos cargos intermedios de la organización, así como hacerse con el control de diferentes arsenales. El último mes ha sido una nueva muestra de ello, ya que como se informó desde la agencia Iraqi News, fuerzas antiterroristas iraquíes hallaron en la región de Anbar un refugio en el que los terroristas guardaban 250 cajas de munición para diverso tipo de armamento.

Bajo esta dinámica, la actividad terrorista de Daesh sobre el territorio iraquí continúa mostrando una capacidad limitada. Si bien todos los meses se producen diversos ataques cometidos por el grupo sobre fuerzas de seguridad y objetivos militares, estos suelen ser de un perfil bajo dado que se dan de forma esporádica y presentan un escaso impacto. Así queda de manifiesto en los siete atentados registrados en mayo sobre el territorio iraquí, ya que en todos ellos se produjeron como máximo dos víctimas mortales y la ejecución de emboscadas en carretera se convirtió en la principal tipología de estos atentados. Todo ello pone de manifiesto las limitadas capacidades que en estos momentos tiene Daesh Central de cara a cometer acciones de mayor envergadura, debiéndose en gran medida estas limitaciones a la eficacia con la que se están desarrollando en materia de contraterrorismo.
Siguiendo con las labores de contraterrorismo pero bajo otro escenario totalmente distinto, en este caso el de Afganistán, los talibán parece que comienzan a aprender a marchas forzadas sobre la forma de hacer frente a la rama territorial de Daesh, el IS-K. A lo largo del último mes no se registró ningún atentado de gran mortalidad y, en cambio, los talibán llevaron a cabo diversas operaciones para mermar las capacidades de IS-K en varias regiones, estando todavía muy presente la muerte el mes anterior en una de estas operaciones del ideólogo del atentado del aeropuerto de Kabul de agosto de 2021. Asimismo, este último mes también se ha anunciado la muerte de “Engineer Umar”, considerado como el segundo al mando de IS-K. No obstante, es muy pronto como para afirmar que estamos ante un cambio de tendencia, y más allá de que esta circunstancia pueda ser algo puntual, la previsión que se viene observando hasta día de hoy es que las capacidades de IS-K continuarán incrementándose ante las dificultades que tiene el gobierno talibán como para adoptar una lucha antiterrorista eficaz.

Por último, es importante destacar, por lo poco frecuente que suele ser que ocurra algo así, el atentado terrorista acontecido en Yemen el pasado día 23 de mayo cometido mediante el lanzamiento de un artefacto explosivo desde un dron sobre un área militar que afortunadamente no produjo ninguna víctima mortal (#58). Si bien este tipo de metodología para llevar a cabo ataques terroristas se hizo especialmente recurrente por parte de Daesh tanto en Siria como en Irak durante los años de existencia de su califato yihadista, en otros escenarios como Yemen no es tan frecuente que se dé. Además, es preciso destacar que esta acción terrorista fue llevada a cabo por el grupo Ansar al Sharia que, si bien está asociado a al Qaeda, no cuenta con los mismos recursos y capacidades que su rama territorial en la Península Arábiga.
Para terminar, a lo largo del último mes se ha producido al menos un atentado de inspiración yihadista que se ha saldado con la muerte al menos de una persona en un total de 16 países, siendo estos: Irak, Siria, Afganistán, Pakistán, India, Tailandia, Yemen, Egipto, Mali, Burkina Faso, Benín, Níger, Nigeria, Camerún, República Democrática del Congo, Somalia y Mozambique.

Un comentario en «¿Qué es la Yihad y en qué consiste? Como luchar contra el terrorismo yhijadista»
Un artículo muy instructivo que ilustra sobre la inmensa complejidad de la Yihad: La historia de este concepto y su evolución a lo largo del tiempo.
Actualmente, el desarrollo geoestratégico de la Yihad en distintas partes del panorama internainternacional.
Queda por analizar la influencia del grupo Wagner en África, respecto del movimiento yihadista, una vez desaparecido Prigozhin.