MADRID, A 21 DE FEBRERO DE 2024 SERGIO FARRAS, ADMINISTRADR PRINCIPAL
Muere en prisión el opositor ruso Alexéi Navalni
El servicio penitenciario informa de que el disidente se encontró mal después de una caminata y perdió el conocimiento. “Mi mensaje si me matan es: no os rindáis”, dijo en un documental en 2022
El opositor ruso Alexéi Navalni, de 47 años, ha muerto en prisión. El Servicio Penitenciario Federal del Distrito Autónomo de Yamal-Nenets informó del fallecimiento del activista justo un mes antes de las elecciones presidenciales a las que concurrirá el presidente, Vladímir Putin, sin oposición. Según las autoridades penitenciarias, el conocido disidente se sintió mal después de una caminata y casi inmediatamente después perdió el conocimiento. “Se llevaron a cabo todas las medidas de reanimación necesarias, pero fracasaron. Los servicios sanitarios de emergencia confirmaron la muerte del preso. Se están determinando las causas de la muerte”, añade el comunicado. Navalni, el político disidente ruso más prominente, al frente de campañas de investigación para destapar la corrupción de la era Putin, llevaba entre rejas desde enero de 2021, cuando fue detenido nada más pisar un aeropuerto de Moscú después de varias semanas convaleciente en Alemania tras haber sido envenenado con el agente químico novichok, un atentado que apuntó al Kremlin.
El opositor había sido trasladado a una nueva prisión en el círculo polar ártico en diciembre. Los colaboradores de Navalni hicieron sonar todas las alarmas cuando perdieron el contacto con el político durante casi tres semanas en las que estuvo en paradero desconocido. El día 25, su portavoz, Kira Yarmish, informó de que había sido trasladado a la colonia penal IK-3 de Jarp, en la región de Yamal-Nenets, a unos 1.900 kilómetros al noreste de Moscú, donde se registran temperaturas de varias decenas de grados bajo cero. Esa prisión, conocida como la colonia Lobo Polar, está considerada una de las más duras de Rusia y está destinada a los presos condenados por delitos graves. La cárcel se fundó en la década de 1960 como parte del sistema de gulag de la ex URSS.
“Putin lo mató”, dice el equipo de Navalni tras recibir su madre el certificado de defunción

“Putin lo mató”, ha denunciado el equipo del fallecido opositor ruso, Alexéi Navalni, después de que su madre recibiera este sábado el certificado de defunción de manos de los funcionarios de prisiones.
“Los familiares y el abogado de Navalni recibieron la confirmación oficial sobre la muerte de Alexéi. Putin lo mató”, escribió Kira Yarmysh, portavoz del opositor, en su cuenta de la red social X (el antiguo Twitter).
“Los funcionarios de prisiones informaron que el cuerpo de Navalni se encuentra en Salejard. Se lo llevaron los investigadores del Comité de Instrucción. Ahora, están realizando exámenes”, dijo.
La portavoz añadió: “Exigimos que el cuerpo de Alexéi Navalni sea entregado inmediatamente a su familia”. La madre, Liudmila Naválnaya, llegó esta mañana a la prisión ártica en la que el viernes murió súbitamente su hijo, aunque sus correligionarios y las cancillerías occidentales acusan al Kremlin de asesinato.
Según informa Radio Liberty, Liudmila Naválnaya voló esta mañana desde Moscú a la ciudad de Salejard, en el distrito autónomo Yamalo-Nénets.
Seguidamente, la madre se desplazó en automóvil a la localidad de Jarp, donde se encuentra la cárcel IK-3, a la que fue trasladado su hijo en diciembre pasado.
Liudmila Naválnaya, quien aseguró que no quiere recibir condolencias, se reunió en ese mismo lugar con el opositor el pasado 12 de febrero. “Estaba sano y contento de estar vivo”, escribió el viernes la progenitora del político en Facebook.
Navalni, de 47 años, murió el viernes de manera súbita en la prisión Lobo Polar, según informaron los servicios penitenciarios de Rusia. La oposición y la prensa independiente rusa, y las cancillerías occidentales acusaron al unísono al líder ruso de ordenar el asesinato de Navalni, enemigo número uno del Kremlin desde hace 15 años.

Navalni, que cumplía una condena de casi 30 años de cárcel, fue trasladado a la nueva penitenciaría después de anunciar una campaña contra la reelección de Putin en los comicios presidenciales de marzo.
El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, consideró “inaceptables” las acusaciones vertidas por Occidente antes de que se conozcan los resultados de la autopsia.
Decenas de detenidos por despedir a Navalni
Unas 15 personas fueron detenidas al intentar rendir memoria al fallecido líder opositor, Alexéi Navalni, en el Muro del Dolor en Moscú, monumento dedicado a las víctimas de las represiones políticas. Según informa el portal Sota, la Policía detuvo a los que desplegaron pancartas en tributo al opositor o criticando el papel del Kremlin en su repentina muerte.

“Putin, asesino de Navalni”, señala el cartel que sostenía un joven.
Además, las fuerzas antidisturbios dispersaron a aquellos que se disponían a depositar ramos de flores y les condujeron por la fuerza hasta un paso subterráneo. Mientras tanto, los presentes coreaban gritos de “¡vergüenza!”.
Horas antes, OVD-Info, organización que vela por los derechos de los opositores detenidos, informó sobre al menos 110 personas detenidas en diferentes ciudades rusas durante acciones de repulsa por la muerte en prisión del líder opositor. Más de la mitad de las detenciones (69) se practicaron en San Petersburgo, ciudad natal del presidente ruso, Vladímir Putin.
Además, las fuerzas del orden y agentes de paisano intentan desde el viernes retirar todos los memoriales creados por los simpatizantes de Navalni tanto en monumentos a las víctimas de las represiones políticas como en lugares improvisados.
Las bromas de Navalny en su último video desde la cárcel un día antes de morir

Pese a todo, se mostró recientemente de buen humor. En la última audiencia judicial en la que participó por videoconferencia, un día antes de su muerte, bromeó con el juez que estaba del otro lado de la línea:
“Señoría, le enviaré mi número de cuenta bancaria para que pueda utilizar su enorme salario de juez federal para alimentar mi finanzas personales, porque me estoy quedando sin dinero, y gracias a sus decisiones, se acabará aún más rápido. Entonces deposíteme”.
La mujer de Navalny reacciona y plantará cara a Putin como su marido hizo: “Voy a seguir con el trabajo de Alexei”
Yulia Navalnaya acusa directamente al Kremlin del “asesinato” de su esposo y traza sus próximos movimientos
Yulia Navalnaya es la esposa de Alexei Navalny, que murió a finales de la semana pasada en un cárcel rusa sin saber el motivo de la misma ni cómo se produjo. De momento Rusia no piensa en entregar el cadáver del político a sus familiares al menos hasta dentro de dos semanas lo que oscurece más si cabe el proceso dejando dudas de lo que puso ocurrir supuestamente.

Por ello, una de las que ha dado el paso ha sido la mujer del político ruso fallecido. Navalnaya fue recibida en Bruselas por los ministros de Exteriores de los 27 que no ha dudado en señalar directamente a Vladimir Putin “del asesinato” del opositor principal a su régimen.
Lo que tiene claro Navalnaya es que va a seguir con el legado que se quedó a medias con su esposo. Y avisa a Putin. “Voy a seguir con el trabajo de Alexei”, señalaba. Y daba su razones. “Ha matado al padre de mis hijos. Se ha llevado a la persona más querida”. Al mismo tiempo que añadía: “No solo ha matado a Navalny sino que quiere acabar con la esperanza, la libertad y el futuro de Rusia”, explicaba Navalnaya.
Rusia celebra elecciones en solo un mes y el presidente aspira a perpetuarse en el poder, acallando por completo a cualquiera que quiera hacerle oposición.
Joe Biden responsabiliza a Putin de la muerte del opositor Navalny mientras el Kremlin dice que estas acusaciones son “inaceptables”
Desde la Casa Blanca, Biden afirmó que Estados Unidos está estudiando “varias opciones” para castigar a Rusia.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, responsabilizó al gobierno de Rusia de la muerte del opositor Alexei Navalny, afirmando que “no cabe duda” de que Vladimir Putin es el culpable.
También la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, ha señalado a Putin como responsable de la muerte de Navalny, asegurando que se trata de “otra señala de la brutalidad” del presidente ruso.
“Si se confirma, esto sería una señal más de la brutalidad de Putin. Cualquiera que sea la historia que cuenten, dejemos claro que Rusia es responsable”, ha concluido la vicepresidenta de EEUU.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, responsabilizó directamente este viernes a su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, de la muerte del líder opositor ruso Alexéi Navalni y advirtió que está evaluando “diferentes opciones” para responder a ese suceso.
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, dijo que no se había sentido “sorprendido” pero sí “indignado” después de que los servicios penitenciarios rusos hicieran pública este viernes la repentina muerte de Navalni en la prisión del Ártico donde cumplía condena por sus críticas a Putin.
“Si la información sobre la muerte de Navalni es cierta, y no tengo razón para dudarlo, por supuesto las autoridades rusas van a contar su propia historia. Pero no se equivoquen, Putin es responsable”, manifestó el jefe del Estado estadounidense.
Biden describió a Navalni como “una voz poderosa en defensa de la verdad” y apuntó que su muerte es “una prueba más” de la “brutalidad” de Putin.
El presidente fue preguntado directamente si pensaba que el fallecimiento del opositor ruso fue un “asesinato”, ante lo que respondió: “No sabemos exactamente qué ha pasado, pero no hay duda de que la muerte de Navalni es consecuencia de algo que hicieron Putin y sus matones”.
Además, dijo que estaba estudiando “diferentes opciones” para castigar al Kremlin por la muerte de Navalni, pero no detalló si Washington impondrá más sanciones sobre la economía rusa.
Biden ya avanzó en 2021 después de reunirse con Putin en Ginebra que habría “consecuencias devastadoras” para Rusia si Navalni moría en prisión.
Quién era Navalny y por qué estaba en prisión
La muerte de Alexéi Navalny deja a la oposición rusa en estado de coma
La repentina muerte de Alexéi Navalny en una recóndita cárcel siberiana ha dado un duro golpe a la oposición política en el país y la deja sin una figura que, por el momento, pueda tomar su lugar para hacer frente al oficialismo de Vladimir Putin. El imperio político del presidente ruso parece reforzarse día tras día, con vistas a expandirse por dos mandatos más, hasta el 2036.
La muerte de Navalny, abogado y bloguero, convertido a rostro de la oposición en uno de los regímenes más autoritarios de la actualidad, ha provocado una ola de indignación en todo el hemisferio occidental que, desconcertado por el sincretismo oficialista en referencia a las causas de su defunción, apunta al Kremlin como principal responsable.
Aunque ciudades rusas como Moscú, Ekaterimburgo, San Petersburgo y Novosibirsk fueron la sede de múltiples protestas y homenajes a la memoria de Navalny, muchas de estas reuniones han sido dispersadas y reprimidas por las autoridades rusas, que no temen a los arrestos masivos y el uso de la fuerza pública, especialmente desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022.
Sin saber a ciencia cierta el porqué Navalny regresó a territorio ruso desde Alemania tras ser envenenado en 2020 con el agente químico predilecto de los tiempos soviéticos, el Novichok, sus seguidores se han quedado sin un proyecto político alternativo al ofrecido por Putin, que no convence a toda la ciudadanía rusa, ni con la declaración de guerra en contra de Kiev, ni con el manejo bélico que su esfera militar está impulsando en el campo de batalla.
“Otro hombre así no existe en la arena política y no veo a nadie que pueda ocupar su lugar”, sentenció Zhanna Nemtsova, hija de un líder opositor asesinado años atrás, tras conocer la muerte de Navalny el pasado 16 de febrero. Fue “el político opositor (ruso) más importante del siglo XXI”, aseguró Nemtsova.
Estos son los opositores de Putin asesinados: el secreto a voces que se oculta en las cloacas del Kremlin
Más de 300 periodistas han perdido la vida en Rusia desde que se desintegró la URSS, a los que se suma un buen número de empresarios, activistas y blogueros incómodos para el Kremlin desde que el actual presidente subió al poder en 1999

Vládimir Putin es, desde hace un cuarto de siglo, el hombre más poderoso de Rusia. Rige uno de los mayores imperios del mundo con mano de hierro, sin que nadie le haga sombra. Fue nombrado presidente interino por el entonces presidente Boris Yeltsin , el 9 de agosto de 1999, y un año después obtuvo la presidencia con el 53% de los votos. Antes de su elección era jefe del FSB, el servicio de inteligencia ruso sustituto de la temida KGB de la era soviética, pero un auténtico desconocido para la mayoría del país… Eso cambiaría pronto.
Muchos rusos pensaron que el nuevo primer ministro continuaría con las reformas democráticas que Yeltsin había impulsado durante la década siguiente a la desmembración de la URSS, que mantendría a Rusia en el camino hacia la economía de mercado y hacia la pacificación del Cáucaso, pero como ha vuelto a demostrar este mes con la invasión de Ucrania , se equivocaron. Lo primero que hizo en 1999 fue desatar la segunda guerra en Chechenia, un conflicto sangriento en el que murieron entre 50.000 y 100.000 civiles. «Iremos a matar a los terroristas hasta en los baños», justificó.
Como era de esperar, a medida que esto ocurría sus enemigos aumentaban, pero él no estaba dispuesto a abandonar ni con la Constitución en su contra, que no le permitía aspirar a un tercer mandato presidencial consecutivo. Fue entonces cuando se sacó una carta de la manga con un cambio de cromos perfecto en el que eligió a Dimitri Medvedev como presidente y él mismo se postuló como jefe de Gobierno para seguir manejando el poder en la sombra hasta retomar la presidencia en 2011.
Archipiélago Gulag: la extensa red de campos de concentración soviéticos, en un mapa

La URSS creó la mayor red de trabajo esclavo y presidiario del siglo XX. Aquí se puede ver su extensión
En 1953, Aleksandr Solzhenitsyn fue liberado tras cumplir condena durante siete largos años en la vasta red de campos de trabajo forzados de la Unión Soviética. Enviado a un exilio interno en Birlik, en el Kazajistán rural, Solzhenitsyn enfermó, superó un cáncer, escribió varios libros y, a partir de 1958, se embarcó en la que sería la empresa literaria de su vida: la escritura de Archipiélago Gulag, la novela que explicaría al mundo la realidad del Gulag.
Publicado en 1973 (no en Rusia, claro), fue un éxito inmediato, espoleado acaso por su reciente Premio Nobel en 1970. Sea como fuere, el término “archipiélago” vino a definir la realidad de los campos de concentración soviéticos: una red errática que conectaba nodos a menudo aislados en la inmensidad geográfica de Rusia. Un sistema de células individuales que formaban un todo sostenido por los cuerpos y la mano de obra esclava de miles, millones de prisioneros.
Hacerse una idea de la inmensidad del Gulag es complicado. Por lo pronto, Gulag es un acrónimo, traducible aproximadamente a “Dirección General de Campos de Trabajo Correccional y Colonias”. Los campos respondían a una doble necesidad del estado soviético: asegurar la represión de las voces disidentes o sospechosas de serlo y explotar los gigantescos recursos naturales de Rusia a bajo precio.
“Mi mensaje, si me matan, es muy simple: no os rindáis”, decía el activista en un fragmento del documental Navalni, de Daniel Roher (2022), que se ha hecho viral este viernes en Rusia. “Si esto pasa, significa que somos inusualmente fuertes en ese momento, ya que decidieron matarme, y esa fuerza debe usarse. No os rindáis, somos una fuerza enorme oprimida por los malos porque no podemos darnos cuenta de lo fuertes que somos en realidad. Todo lo que se necesita para el triunfo del mal es la inacción de la gente buena”, declaraba a su entrevistador de forma serena y con una sonrisa.
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Alexéi Navalni, en una captura de una comparecencia en vídeo durante el último juicio contra él, en agosto, en una imagen cedida por el servicio de prisiones ruso.DENIS KAMINEV (AP)
Navalni fue visto por uno de sus abogados por última vez el miércoles. Según el letrado, Leonid Soloviov, se encontraba bien, pero no ha ofrecido más detalles por deseo expreso de la familia del activista. El disidente estaba casado desde hace 24 años con Yulia Naválnaya, y la pareja tenía dos hijos. “Entre nosotros hay ciudades, luces de despegue en aeropuertos, ventiscas azules y miles de kilómetros, pero siento que estás cerca cada segundo y te amo cada vez más”, le dedicó su esposa este último San Valentín en X, la antigua Twitter.
Celda de castigo en 27 ocasiones
El director de la fundación de Navalni, Ivan Zhdanov, ha denunciado en el canal de YouTube de su organización que los funcionarios no responden a sus llamadas para aclarar lo sucedido porque no quieren hacerse cargo de que “fue asesinado por Vladímir Putin”. “Es oficial, ni el hospital, ni la morgue ni la colonia penal responden a las llamadas; se hacen los sordos porque entienden lo que ha sucedido”, ha manifestado el activista.
Yarmish ha recordado por su parte que Navalni había sido llevado a una celda de castigo en 27 ocasiones desde que fue encarcelado, la última vez el miércoles. La portavoz de Navalni ha anunciado este viernes que los abogados del activista se dirigen ya hacia la prisión de Yamal-Nenets. “Aún no tenemos ninguna confirmación de su fallecimiento”, ha manifestado. A comienzos de 2023, un grupo de más de 170 médicos firmaron una carta dirigida a Putin, en la que manifestaban su preocupación por la salud del preso. “Las condiciones de su detención y la apariencia física de Alexéi Navalni nos causan una gran preocupación por su vida y por su salud”, decía entonces la misiva. Sus abogados denunciaron que el activista no recibía medicinas y solo disfrutaba de hora y media al día de paseo fuera de su celda.

Putin, que nunca nombró a Navalni por su nombre en sus intervenciones al hablar sobre el disidente, ha sido informado de su muerte. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se pronunció minutos después de conocerse el fallecimiento. “El servicio penitenciario se ocupa de todas las comprobaciones. No es necesario dar instrucciones para [comprobar] esto porque existe un conjunto de reglas al respecto”, ha afirmado. En cuanto a la posibilidad de que el opositor haya muerto debido a un coágulo de sangre, como han señalado algunos medios rusos, Peskov ha manifestado que “los médicos lo resolverán”.
Uno de los médicos que atendió a Navalni cuando fue envenenado con novichok en 2020, Alexánder Polupan, ha descartado la hipótesis del coágulo difundida por la propaganda rusa. “El diagnóstico de un tromboembolismo que intentan dar a Navalni es inadecuado. Esto solo puede determinarse basándose en los resultados de una autopsia y Navalni no corría riesgo de sufrir coágulos de sangre”, ha manifestado categóricamente al diario Nóvaya Gazeta.
La muerte del activista coincide con el inicio de la carrera electoral para las presidenciales que se celebrarán del 15 al 17 de marzo. Putin no tendrá ningún rival opositor por haber sido rechazados por la junta electoral o estar en el exilio o muertos. El medio ruso Agenstvo ha revelado un comunicado interno del partido de Putin, Rusia Unida, en el que insta a sus miembros a no comentar el fallecimiento del disidente.
La pérdida de Navalni ha causado consternación en la oposición rusa y en Europa. Decenas de ciudadanos acudieron de forma espontánea a los monumentos a las víctimas de la represión política de las ciudades rusas para depositar flores. En algunos casos fueron dispersados por la policía y en otros solo se les permitió dejar los ramos sin ningún mensaje político. Durante los actos también fueron arrestados varios fotógrafos y periodistas.
De forma simultánea fueron convocadas acciones de protesta en las ciudades europeas, como Riga y Ámsterdam, por la muerte del activista. “Esta muerte es una prueba más de que la vida humana no tiene valor para los dictadores. El régimen de Putin, al igual que el régimen de Lukashenko, se deshace de sus oponentes por cualquier medio en su deseo de mantener el poder”, ha lamentado la líder opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya.
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, acusó directamente al mandatario ruso: “Obviamente, Putin lo mató como hay otros miles de torturados por culpa de este monstruo. A Putin no le importa quién muera siempre y cuando mantenga su posición”. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, también culpó al Kremlin de la muerte del disidente. “Alexéi Navalni luchó por los valores de la libertad y la democracia. Por el bien de sus ideales, hizo el sacrificio máximo. La Unión Europea considera al régimen ruso el único responsable de esta trágica muerte”, señaló el alto cargo en sus redes sociales.
“Aún no hay un examen forense, pero las conclusiones occidentales ya están listas”, respondió por su parte la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
Persecución judicial
Navalni, nacido en Butyn, en la región de Moscú, era el líder de mayor ascendencia de la oposición rusa. Fue condenado por varios casos que han sido considerados una persecución política desde que fuera una de las caras visibles de las protestas contra el Kremlin durante las elecciones legislativas de 2011. Además, fundó su Plataforma contra la Corrupción, que publicó investigaciones sobre supuestos casos de corrupción, entre otros la construcción de un palacio en el mar Negro que presuntamente sería propiedad de Putin.
El político opositor fue detenido nada más aterrizar en Moscú en enero de 2021 por violar la libertad condicional. Navalni regresaba tras pasar varias semanas hospitalizado en Alemania, en donde llegó a estar en coma tras ser envenenado, en un episodio en el que se adivinó la mano del Kremlin, según los servicios de inteligencia occidentales. Pese a su estado de salud, la justicia rusa consideró que el opositor tenía que cumplir con los términos de la libertad condicional por un caso que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos había considerado un “proceso arbitrario”.
En marzo de 2022, la justicia rusa dictó contra el activista una condena de nueve años en una “colonia penal de régimen estricto”, en un caso de fraude que sus seguidores aseguran que fue fabricado por el régimen de Putin. Los fiscales lo acusaron de robar unos 4,36 millones de euros en donaciones entregadas a sus organizaciones, que ahora han sido prohibidas por el Gobierno ruso, incluida su fundación Plataforma contra la Corrupción (FBK).
El 4 de agosto recibió otra condena de 19 años por apoyar el extremismo. La pena se sumó a la anterior y a otra de dos años y medio emitida en 2021 por el desvío de fondos en el denominado caso Kirovles, que se remonta a 2013. La defensa del opositor, así como sus seguidores, afirman que este último caso fue fabricado para mantener a Navalni lejos de la esfera política por un periodo aún más prolongado de tiempo. Además, la declaración de su movimiento político como “extremista” ha intensificado su aislamiento político.

